En estos tiempos de búsqueda igualitaria entre hombres y mujeres,conviene no perder de vista algunos puntos por los cuales la igualdad total no es posible (la balanza entre hombres y mujeres es la equidad pero no la igualdad).
Buscando en los resquicios del subconsciente femenino y adentrándonos en su profundidad encontramos el deseo,la aspiración primitiva profunda y natural del alma femenina: el de dar vida y el de amar.
El deseo natural de la mujer es, ese llamado de la naturaleza, el de la maternidad.En retrospectiva el deseo de ser madre se ha venido en llamar autorrealización demeteriana en honor a Demeter o diosa madre de los tiempos helénicos y el deseo de amar,como autorrealización afroditiana en honor a Afrodita diosa del amor y belleza.Ambos son deseos primarios,son los que construyen la identidad y moldean la conciencia femenina y que jamás por lo menos el sentimiento materno se dará en el hombre de ahí que en él, este no es su arquetipo.
Ahora con la lucha hacia la mal entendida igualdad de género que debería ser mejor entendida y concebida como equidad legal y social respecto al hombre,la mujer ha encontrado otros arquetipos haciendo uso del libre albedrío del ser humano.Está escogiendo alguna faceta del enorme caudal de sugerencias que se le presenta para desarrollarse y colmar sus aspiraciones.Esto está bien y por supuesto ambos arquetipos ,el natural y el que ahora escoge son posibles de realización,solo que están posponiendo su arquetipo primitivo para más adelante.La nueva generación de mujeres autónomas,triunfadoras principalmente en lo profesional,han revertido el orden de las prioridades,dando mayor impulso a su realización socio económica.
En este estado actual ,muchas mujeres han pospuesto el llamado de la naturaleza hasta un mejor momento y ya cuando se encuentran realizadas con aquellos roles secundarios y se encuentran en la tranquilidad de sus lujosos despachos de instituciones públicas o empresariales o de impresionantes fábricas,dirigiéndolos con acierto y mano firme,tendrán la amargura dibujada en sus sonrisas y en su rostro una marcada resignación,trasluciendo en lo más profundo de su ser el lamento de no haber aprovechado las oportunidades que en su momento se presentaron.
Lo lógico es la combinación de ambos arquetipos y en la oportunidad precisa atender el llamado de la naturaleza sin posponerlo,porque sino, cuando se den cuenta el tiempo habrá pasado y les pasará factura por esta desidia
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