A raíz del pedido de los familiares de la italiana Eluana Englaro de dejarla morir,desconectando los aparatos que la mantenían con vida durante 17 años ( y que finalmente lo desconectaron del sábado 7 de febrero),ha vuelto a estar en primera plana la polémica entre los defensores y los detractores de la eutanasia.Ambos "bandos" tienen sus argumentos,los detractores basan su defensa de la vida en consideraciones de orden ético-moral y religioso,atribuyendo el don de la vida a un Ser Supremo,y por lo tanto solo a él le corresponde terminarla.Visto así estos fundamentos corresponden a ideas altamente valorativas y profundamente espirituales,ésta es una concepción bastante ordenativa que impone normas conductuales a los seres humanos para el común respeto que debe guardarse preservando la vida que es lo más sublime de la creación.Es así que, quien pida a otro que le quiten la vida,éste en preservación de su integridad humana y tranquilidad de su conciencia niegue esa petición.
Se sabe que en los tiempos actuales en que la ciencia a avanzado mucho,agota todos sus recursos para restablecer a los enfermos a una situación de normalidad;pero que pasa si pese a todos los esfuerzos humanos y científicos no se logra la recuperación siquiera mínima de alguna relación de bienestar del enfermo consigo mismo o con sus familiares (la referencia es explícita para los pacientes en estado vegetativo o para los pacientes con enfermedades dramáticas incurables y martirizantes), es válido la concepción del mantenimiento de la vida?...
La prolongación de la vida con medios artificiales,de un estado totalmente vegetativo o de estados crónicos martirizantes,desahuciados en el que los enfermos no encuentran ninguna pizca de bienestar es posible desde mucho tiempo atrás,inicialmente es una manera de ayudar al paciente y a sus familiares en procura de un retroceso del proceso o de una homeostasis natural nunca descartada,pero después de un tiempo prudente y ya cuando no hay tranquilidad y aceptación del enfermo,cuando el sufrimiento es intolerable,cuando no haya paz para el paciente ni para la familia,acaso este actuar de seguir observando el sufrimiento del familiar enfermo constituirá un verdadero sentimiento humano?,......entonces a quién corresponde la decisión final?.Este es un gran dilema ,un menudo problema que el ser humano aún no logra resolver.Una tendencia lógica,humana y racional,encara el asunto por la eutanasia,en base precisamente de la evaluación de la incapacidad científica de restablecer la condición de normalidad.Cuando se demuestre que más allá de todo lo hecho ya es imposible,dicen los seguidores de esta concepción,es mejor terminar de administrar seudovida y/o cumplir con los deseos de enfermos desahuciados para evitar su doloroso sufrimiento que tienen que sorportar a sabiendas que ya no hay nada que hacer.
Habría que preguntarse : ¡qué concepción deja más tranquilidad,paz espiritual y de conciencia, la que preserva la vida a sabiendas del gran sufrimiento del enfermo y de la familia o la que humanamente también es la que recoge los deseos de terminarla y así evita el sufrimiento del enfermo y de la familia.¿A cuál concepción adherirse?....lo más razonable sería a aquella que más se acerca a la ética y moral de cada uno.
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