En estos últimos días a raíz del intercambio de palabras entre el dictador Chávez de Venezuela y el Rey de España,se ha venido en elevar la figura de un rey, situación que propició sin querer que, la palabra del rey surcara los aires para así de esa manera tener una connotación de solemnidad y de autoridad muy respetada,para callar y poner en su sitio al mismo Chávez, un personaje fastidioso y omnipotente.....imagen de reyezuelo.
Al margen que el Sr. Chávez ya causó hace rato dentro de la inmensa comunidad latinoamericana,malestar y antipatía por su obsesión autoritaria y egocéntrica está, la otra figura,la de un llamado rey que pasa como ejemplo de ordenabilidad y autoridad en situaciones difíciles(en aquel caso de orden debió corresponderle a la Sra. Bachelet) .En demasía se ensalza la figura de un rey y más bien ya es hora que la gente ponga en el lugar que le corresponde a esta clase de figuras,en el desván de los cuentos mágicos y de las ilusiones infantiles.
Esto de reyes,monarcas,emperadores o algunas de sus variantes orientales,ya deberían ser dejados de lado por ser de antiguo pertenecientes a épocas ya superadas,en las que una persona parecía estar dotado de poderes sobrenaturales,haciendo de ellos los elegidos por los dioses o por el destino para ser representantes de la autoridad.
Nunca más debería la magistratura del estado de un país regirse por el derecho de sangre en vez de la voluntad popular.
El hecho que dentro de los primeros 15 países del mundo haya 9 o 10 monarquías,sean éstas absolutas(Arabia Saudi) o las disfrazadas constitucionalistas(España,etc),no quiere decir que el sistema de gobierno sea bueno o conveniente.El comportamiento individual de los personajes considerados monarcas y el buen juicio que tengan para dirigir su país interna y externamente,se encuentra también en cualquier persona fuera de los considerados de la realeza.Lo indignante es ver cómo en estos países la figura del rey genera ilusión de ordenamiento aristocrático que en la mente es sinónimo de elegancia y cultura,cuando en realidad denota en estos amantes de la monarquía una rebaja de su autoestima a la condición de servidumbre,de súbditos,de antigua clase de plebeyos,delante de otras mismas personas a quienes aclaman,considerándolos como un clan superior.
El mantenimiento de esta casta en nada favorece el desarrollo mental humano,más bien es una de las tantas causas de deterioro y estrechez de pensamiento.
Peor todavía en aquellos países donde los reyes actuales solo son figuras decorativas y simbólicas.
En cualquier caso su mantenimiento definitivamente es propio de la inmadurez y subdesarrollo mental.La ciencia ha demostrado hasta la saciedad,hasta el aburrimiento que no existen razas,ni grupos humanos,ni conjuntos étnicos que sean superiores o inferiores a otros,no los hay,cualquier genetista o biólogo molecular lo sabe hace mucho tiempo.Negar la evidencia es soliviantar la estupidez(de consideración de realezas),hasta las fronteras de lo incomprensible.
Las monarquías son cosas del pasado ya es hora que el ADN no sea motivo de poder.
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