Un nuevo año toca a nuestra puerta.El tiempo aparentemente absoluto,también se vislumbra como nuevo,trae expectativas y esperanzas de que todo lo malo anterior cambie para bien.
Somos testigos de la rapidez de muchos cambios en diversos aspectos de la actividad humana,uno de ellos, las comunicaciones y la forma de obtener informaciones.El internet va constituyéndose como el medio número uno al alcance de todos,que con solo pulsar algunas teclas,se tiene toda la información que se quiera y que antes para poseerlo había que encerrarse en una biblioteca con la consiguiente limitación y consumo de tiempo.El internet con sus e-mails,con sus redes sociales (las más famosas,hi5,facebook,twitter,Myspace,etc) conecta en segundos con amigos ,conocidos y lo más sorprendente la interrelación con cualquier persona y de cualquier punto del planeta.
La tecnificación del mensaje humano decodificado a través de las máquinas con los estereotipados recursos,imprimieron velocidad a nuestros pensamientos y palabras para que otros en tiempo real capten lo que queremos decir.Es la vorágine del progreso,lo que hoy es nuevo mañana o incluso al rato puede pasar a ser obsoleto.
Pero en este tipo de interrelación algo falta y que tal vez demore o nunca se pueda transmitir,son los sentimientos o emociones que nos caracteriza y que necesariamente requiere la presencia real de las personas.
La esencia del hombre, sus sentimientos,se presume difícil transmitirlos a través de la luminosa pantalla de una computadora por más emoticones que se utilicen ,ni los cables,ni el aire que necesitan los celulares son capaces de transportarlo, ya que para apreciar esas afectividades gestos,miradas,actitudes,etc),se necesita ver, tocar ,palpar,sentir in situ a nuestros semejantes.
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