Algunas coplas de poesías tienen frases que aluden a
pretenciosas intenciones de evadir las miradas de los demás :
Refugiémonos, escondámonos
en un sótano donde no entre un rayo del sol,
y ahí demos rienda suelta
a nuestras pasiones
lejos de todo y de todos.
Algún pegado a la letra o algún creyente ante ilusas pretensiones soltaría la siguiente pregunta: inútil oración, ¿acaso
no sabes tú que hay en lo alto un ojo que penetra a través de las paredes y ve
en la más profundas tinieblas?...
¡mira que alguien nos mira!,
¡mira que te está mirando!.
Él mira lo que haces y él ¡te juzgará!,
mira si no cumples,
¡mira que tu hora llegará!
Se me ocurre que la estrofa precedente puede haber sido la
perífrasis con la que muchos círculos ocultistas mantuvieron con miedo a las
masas para evitar sus desenfrenos.
Cuenta la historia que RA fue la primera divinidad
monoteísta que salió de la tierra a crear nuevos mundos y advirtió a la
humanidad que estaría vigilando todas sus acciones mediante el ojo que todo lo
ve. De ese tiempo parece venir el simbolismo del ojo como poder.
El antiguo Egipto adoptó el simbolismo del ojo plasmándolo
en su principal dios Horus, denominándolo “el ojo de Horus”- Udyat, al cual le
atribuyeron cualidades mágicas de sanación, perfección y protección, así lo
atestiguan sus jeroglíficos y demás
textos como el libro de los muertos: “el ojo de Horus es tu
protección…tus enemigos son apartados de tì”.
Los cristianos antiguos tenían como uno de sus símbolos al delta o triángulo
equilátero con el ojo al centro, que simbolizaba la trinidad. Los tres lados
iguales formaban unidad y el ojo al centro la representación de esta unidad.
En muchos templos católicos antiguos hay imágenes de ese triángulo
con el ojo al centro, pero muchos cristianos desconocedores de la historia
niegan esta evidencia y atribuyen su pertenencia a las organizaciones
ocultistas enemigas del cristianismo.
Debe saberse que muchas instituciones a lo largo de la
historia han tomado y toman “prestado” o más propiamente usurpan símbolos de
otros instituciones haciéndolos suyos, de manera que el símbolo tiene dos
sentido el original y el sentido que les dan sus adoptadores. Un ejemplo no tan
reciente es el caso de la cruz, símbolo del cristianismo (de paso la cruz
también es adoptado por el cristianismo –no le es propio) lo utilizaron los
nazis (pero de forma acodada-esvàstica).
El mundo esotérico antiguo y el de creaciones relativamente
recientes (masones y rosacruces) tiene el ojo inscrito con diversos diseños,
pero que en suma tratan de representar a la vigilancia invisible que está en
todo presente con todos los poderes de
la divinidad.
Con uno u otro diseño siempre al ojo le dan cualidades
mágicas de vigilancia, orden perfecto, salud, prosperidad, etc., etc., de tal
manera que su uso está difundido no solo en las religiones o instituciones esotéricas,
sino también en el ambiente común de la sociedad, siempre como amuleto o talismán.Hasta el billete de un dólar lleva inscrito la imagen de de
un ojo, provocando diversas interpretaciones como que pertenece a la masonería
o a los iluminatis. Lo comerciante y tatuadores no se quedan atrás, como
vendedores de energía positiva ofrecen inscrito el ojo en sus correas , sortijas o
collares.
La imagen del ojo también se muestra irónicamente de manera
natural en el cosmos, ahí está el “ojo del Universo o el “ojo de Dios” llamado
por los astrónomos, es la sobrecogedora imagen de la nebulosa Hèlix que mide
dos años luz y que se encuentra a 700 años luz de la tierra, el resplandor de
las estrellas que lo conforman dan la forma de un gigantesco ojo.
Y nuestro planeta tierra no se queda atrás, también tiene su
ojo llamado “el ojo de la tierra”.
En el desierto del Sahara-Mauritania existe una formación
geológica de 50 km. De diámetro que visto desde el espacio (es punto de
referencia de las naves espaciales) tiene la forma de un gigantesco ojo de buey
o más apropiadamente semeja por su formación concéntrica a un molusco
prehistórico el ammonitis que vivió desde hace 400 millones de años hasta los
65 millones de años. Es técnicamente llamada la Falla de Richat y su formación más
aceptada científicamente es por el empuje del choque de las placas tectónicas
de la tierra que formaron una elevación y con el paso de los años la erosión
hizo su trabajo.
Al margen de su origen los espiritualistas y ahora los
ambientalistas aprovechan esa formación para establecer metáforas y decir que
la tierra está atenta observando lo que sus pobladores hacen de ella y ya puso
en marcha el famoso “feed back” (retroalimentación) para restablecer el
equilibrio perdido : a más gente y mayor desorden se activan mecanismos para su
disminución y restablecer el orden .